25 julio 2012

AL VOLANTE


VERANO

A pesar de ser un muy viejo consejo que ya escuchaba yo en mi juventud cuando me sacaba el permiso de conducir en Donosita (San Sebastián) al comienzo de los sesenta del siglo pasado, no está de más recordarlo de cuando en cuando para refrescar la memoria sobre el particular, y ahora que en este verano, el calor es agobiante, en plena época estival nos puede venir bien.

Como no siempre se encuentra un sitio adecuado a la sombra para dejar el coche estacionado  y no nos queda más remedio que dejarlo donde podamos, os daré un consejo –viejo consejo de un viejo- sobre las consecuencias que se pueden derivar si al coger de nuevo el vehículo, no tomamos unas elementales precauciones.

Un coche estacionado a la sombra durante un día con las ventanas cerradas (como es lógico), puede contener de 400-800 mg. de benceno.
Si está bajo el sol a una temperatura superior a 16º del termómetro centígrado, el nivel de benceno subirá a 2.000 – 4.000 veces el nivel aceptable para la salud.

La gente que, cuando tiene aire acondicionado o climatizado su vehículo, normalmente se sube al coche manteniendo las ventanas cerradas, inevitablemente al respirar, inhalará excesivas cantidades de esa toxina letal si previamente no expulsa de su vehículo toda la contaminación acumulada durante el tiempo que el mismo ha permanecido al sol.

El benceno es una toxina que afecta al riñón y al hígado. Y, lo que es peor aún: es extremadamente difícil para el organismo humano expulsar esa maldita sustancia tóxica; que, por otra parte, es bastante desconocido su efecto entre los conductores normales.

En el manual que se le entrega  al conductor cuando se pasa por la autoescuela se aconseja de pasada que antes de poner en funcionamiento el aire acondicionado, deben abrirse todas las ventanas del coche durante un corto periodo de tiempo, tres, cuatro minutos más o menos; sin embargo, no se especifica con detalle el porqué. Y, eso es lo que pretendo exponer en éste tema.

Además de mantener las ventanas abiertas el tiempo indicado anteriormente, sería aconsejable circular durante un tramo con las ventanas sin subir y el aire acondicionado a tope, para “limpiar” el habitáculo por succión de las impurezas tóxicas que puedan quedar residualmente.

¿Qué es el benceno?

El benceno es un hidrocarburo cíclico (perteneciente o relativo a las estructuras moleculares en anillo), de seis átomos de carbono y de amplia utilización como disolvente y/o reactivo en laboratorios y usos industriales.

El benceno es un líquido incoloro con olor dulce. Se evapora al aire rápidamente y es poco soluble al agua. Es altamente inflamable y se forma tanto en procesos naturales como de actividades humanas.
Los volcanes e incendios forestales constituyen fuentes naturales de benceno; también el petróleo crudo, gasolina (el humo de los cigarrillos, pero en menor cantidad), u otras materias que se queman generan grandes cantidades de benceno que, en muchos casos sería evitable.

La Agencia Internacional para la investigación del cáncer (IARC) y la EPA, han determinado que el benceno es carcinogénico (sustancia o agente que produce cáncer) en seres humanos.

Respirar niveles de benceno muy altos (que no es el caso que nos ocupa) pueden causar la muerte, mientras que niveles bajos (esto sí nos preocupa) pueden causar somnolencia, mareo y aceleración del latido del corazón o taquicardia, irritación de estómago y convulsiones.
El benceno produce efectos nocivos en la médula ósea y en algunos casos disminución en el número de hematíes (glóbulos rojos de la sangre) lo cual, conduce a padecer anemia. El benceno también puede llegar a producir hemorragias y daños en el sistema inmunitario.

¡Atención...! Los efectos nocivos del benceno aumentan con el consumo de bebidas alcohólicas. 

¿Por qué tanta insistencia en resaltar los efectos del benceno?
La respuesta es muy sencilla: El aire refrescante que genera nuestro vehículo para mantener el ambiente a una temperatura agradable, antes de salir frío, arrastra hacia dentro del habitáculo formando remolino todo el aire del plástico caliente, el cual, emite benceno -en variables cantidades según las cambiantes circunstancias- que, como ya se ha dicho es una toxina que puede ser causante del cáncer.

Lleva cierto tiempo darse cuenta del olor del plástico calentado en el coche; sin embargo es algo que se nota enseguida cuando el vehículo permanece durante un tiempo a pleno sol, sobre todo si es nuevo; por eso, es importante mantener las ventanillas abiertas durante un corto periodo de tiempo antes de inhalar las toxinas que el mismo genera por el efecto del calor si ponemos en marcha el aire acondicionado.

Esta misma precaución la tomaremos también cuado hayamos tenido bastante tiempo el vehículo cerrado sin usar, tanto si ha estado guardado en garaje, como si ha dormido en la calle (garaje “la estrella”), pues aunque en menor cantidad, también habrá acumulado cierta cantidad de benceno aunque no haya estado a pleno sol, como se indica al comienzo en el  en el tercer párrafo de este escrito.

Recordemos:
No encender el aire acondicionado o el aire normal inmediatamente de entrar al coche; esperar unos minutos con las ventanas y puertas abiertas o no entrar hasta que haya desaparecido el tóxico que pudiera haberse acumulado dentro del mismo.

Una vez en marcha permanecer con las ventanillas bajadas y circular a la mayor velocidad que permitan las circunstancias dentro de las normas establecidas al efecto. Ya habrá tiempo de refrescarnos. Lo primero de todo es la salud y la seguridad.
¡Ojo...! Si llevamos niños dentro (y, muy especialmente si son bebés), serían estos los que más sufrirían las consecuencias de nuestro error si no atendemos a lo anteriormente expuesto y, ellos no son los responsables ni tienen por qué pagar las consecuencias de nuestros errores.

Así pués; a todos los lectores de la web zarceña: Antes de entrar en vuestro coche durante una más o menos larga exposición al sol, VENTILARLO bien para que de tiempo a que salga el aire viciado del interior que pueda estar contaminado de esa maldita toxina mortal y disfrutar del verano del pueblo y de las fiestas que ya están en capilla.

Unos minutos de espera antes de iniciar la marcha, pueden ser vitales para la salud  de toda la familia o amistades que nos acompañen.

No pretendo asustar a nadie con este viejo tema, solamente aconsejar, informar o si alguno lo prefiere, alertar; pues este consejo es como las lentejas....

Con este tema finalizo hasta septiembre el tema de “al volante” relacionado con la circulación, para que todos podamos disfrutar de las merecidas vacaciones que ya se esperan con cierta impaciencia (yo tengo vacaciones todo el año), lo reanudaremos en el punto en que se quedó antes de tratar el accidente.

Por mi parte,  desearos a todos que paséis unas agradables fiestas patronales.






3 comentarios:

Manuel dijo...

Todos tus consejos y experiencias que nos vienes regalando en AL VOLANTE, son curiosas, interesantísimas, importantes. Así me lo parecen a mí; pero esta concretamente del benceno, me ha llegado y mucho, pues siempre he desconfiado del olor, sequedad y otras "maravillas" de los aires acondicionados. Por sentido común vengo haciendo lo que dices, sin saber hasta ahora el por qué exactamente y sus consecuencias.
De todas maneras, cada entrada tuya sobre el tema, es un empujón más que va en la dirección correcta de deshacerme del coche.
Pero viajar en otro, que a lo peor no ventila bien el habitáculo antes de cerrar y enfriar... quizá no sirvieraa de mucho.
Buen verano para tí y los tuyos.
-Manolo-

Félix dijo...

Un tema más que instruye y en este caso, relacionado directamente con la salud, que como se sabe es el tesoro que hay que preservar a toda costa. Desconocía el apego de este veneno al auto;como se ve,estamos rodeados de enemigos que se nos meten incluso hasta en el coche,pero sabiéndolo son menos enemigos o al menos podemos prevenir.Disfruta del verano,que ya vendrá el invierno.Un saludo.Félix.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu sabiduría, Juan Luis. No por publicarlo en internet te haré menos caso. Diría que viejo será tu consejo, pero tú no. Lo sé de buena tinta.
Un abrazo, padre.