20 julio 2012

AL VOLANTE


                                            EL ACCIDENTE  2ª  parte

Intenté no extenderme demasiado en la entrada anterior relacionada con los accidentes de tráfico, dejándome en el tintero una parte bastante considerable del tema; pero la complejidad del mismo no me permitió reducirlo más.

En esta segunda parte, intentaré compendiar lo máximo posible para que no resulte tedioso ni se haga muy largo y pesado; no obstante, es conveniente dejar algunos puntos bien claros para no fallar en el intento y cometer el error de hacer lo que no se debe hacer.

A riesgo de ser pesado y reiterativo, quisiera recordar a todos que en los viajes largos se debe parar cada dos horas o doscientos kilómetros y descansar un poco, tomar café o Coca-cola,         -mejor café si hay a mano-, refrescarse un poco y dar un paseo esparciendo y relajando la vista. Téngase bien presente que la prisa (y el sueño) además de mala compañera, es la mayor enemiga del conductor y que no por mucho madrugar amanece más temprano.

Como ya citábamos en la entrada anterior; si bien solo hay que detenerse ante un accidente cuando sea prudencialmente aconsejable y necesaria nuestra presencia; y, para que no existan errores de interpretación a lo expuesto; es necesario advertir que, nadie debe eludir sus obligaciones y responsabilidades para con los demás. Sobre todo si hay heridos, a los que trataremos de ver cómo podemos atender en caso de verdadera necesidad.

Los conductores y demás usuarios de la vía deben ser conscientes de que con su ayuda pueden contribuir a aminorar los efectos del accidente y evitar que se incrementen, pues ayudar y colaborar son claras manifestaciones de un elemental deber de solidaridad; si bien, esto no quiere decir que tengamos que colaborar cuando esa colaboración no sea indispensable, precisa o la misma sea inadecuada, o inoportuna.

Quitaré el freno de mano que dejé puesto al final de la entrada anterior relacionado con el comportamiento del conductor cuando se encuentra sorpresivamente ante un accidente de circulación; ahora lo bajaré para seguir la marcha y ver qué podemos (cuando podamos) hacer con los heridos si sabemos lo que hay que hacer.

Generalmente la presencia de heridos en los accidentes de tráfico le suele impresionar a la mayoría de las personas que, carentes de experiencia en estos avatares, pero con la mejor voluntad de colaborar se disponen a prestar su ayuda.

La espectacularidad de algunos accidentes y la gravedad de algunos heridos, hacen que más de uno se quede perplejo, inmóvil y confuso ante  el panorama que presencia y en determinados casos, hasta serían algunos de ellos  los que necesitarían la ayuda que iban a prestar.

Atender a los heridos no quiere decir curarlos. Entiéndase bien esto. Curarlos, los curará el médico y el tiempo. Nosotros no, lo único que podemos hacer es auxiliarlos, que ya es mucho. Auxiliar es prestar la ayuda que podamos. Avisar a los servicios de urgencia, señalizar el accidente, etc., por citar algunos ejemplos.

Ante la presencia de heridos, la mayoría de las personas normales no tenemos los conocimientos técnicos necesarios para saber bien lo que hay que hacer en esa anómala situación que siempre va acompañada de la correspondiente sorpresa; pues, el tratamiento a cada uno de los heridos, generalmente es diferente y requiere ciertos conocimientos de la materia.

Sin ningún ánimo de desconsideración, todos debemos entender y, entenderlo bien, que, si no sabemos como tratar a ese herido, NO DEBEMOS NI TOCARLO.
Es cierto que hay heridos graves que requieren una intervención rápida y eficiente, pero por alguien que esté en condiciones de hacerlo como lo requiere la situación. 

Veamos:

Vayamos por partes.
En principio a los heridos solamente le hablaremos, alto, claro, pausada y tranquilamente tratando de ganarnos su confianza. Debemos darle ánimos, tratarlos con la máxima normalidad, delicadeza y cordialidad como si fueran nuestros familiares o amigos más cercanos. Le preguntaremos cómo se llaman para dirigirnos a ellos por su nombre de pila y tratándoles de tú.

Al encontrar una victima desvanecida, lo primero es determinar si está consciente o no. Lo haremos sacudiéndola suavemente por los hombros y preguntándole: ¿Qué ha pasado? O pedirle que abra los ojos. Si se apreciaran posibles lesiones de columna, no la tocaríamos.
Así mismo, estableceremos un ambiente de seguridad y sosiego en todas las personas presentes y tranquilizaremos a las victimas.

Ya comentaba en la entrada anterior que si no se sabe bien lo que hay que hacer, no hay que hacer nada; pero, sobre todo, no tocar a los heridos hasta no estar bien seguros de que podemos ayudarles sin dañarles.

Es cierto que en todo accidente hay que actuar con rapidez y destreza pero sin precipitación, con serenidad y eficacia. Ya sabemos lo que es la prisa y sus consecuencias.
Tampoco hay que olvidar que en la práctica de los primeros auxilios, cada minuto que pasa es fundamental para rescatar, ayudar  salvar vidas, etc, pero en estos casos no caben las improvisaciones.

¿Qué hay que hacer?
Observar la situación y hacerse una idea del conjunto de la misma para poder determinar qué heridos son los que con más urgencia necesitan ser atendidos y qué ayuda precisa cada uno. Por tanto, lo primero que se debe observar es si el accidentado respira y si su corazón late. Procuraremos atender primero a los más necesitados, que, generalmente son aquellos que no dicen nada porque no pueden, NO nos dejaremos convencer por aquellos que gritan mucho y nos llaman insistentemente, porque si tienen energías para gritar, es que no están tan graves (salvo excepciones) como los que no pueden hacerlo y su vida pende de un hilo.

¿Cómo lo haremos?
Para comprobar los latidos del corazón:
Para esta operación, es necesario hacer una leve presión en alguna de las principales arterias con uno o dos dedos (en ningún caso con el dedo pulgar) Un buen sito es  el cuello por el que discurren las dos arterias carótidas que son las que llevan  la sangre a la cabeza para su riego sanguíneo, o bien, la  radial a la altura de las muñecas o la femoral a la de la rodilla.
Si no late el corazón (paro cardíaco),  al no tener riego sanguíneo, ese herido morirá en unos instantes, por lo que es necesario intervenir con la máxima rapidez dándole bombeo al corazón (masaje cardiaco) mediante la correspondiente presión por una persona entendida capaz de restablecer el ritmo cardíaco si no dispone de un Desfibrilador Externo  Automático (DEA) en cuyo caso, solo sería necesario saber manejar el aparato para reanimar al herido. En todo caso, llamar al 112 incluso antes de intentar la reanimación.

¿Qué haremos para comprobar si respira?
En una victima inconsciente, las vías aéreas pueden obstruirse. Esto se debe a que pierde el control muscular, dejando que la lengua caiga  y bloquee la vía aérea. Cuando esto ocurra, la victima tendrá dificultad para respirar con normalidad o no podrá respirar en absoluto; algo que conduce directamente a la muerte en pocos minutos si no se actúa diligente y eficazmente.

¿Cómo le podemos ayudar?
A todo herido que tenga dificultad para respirar con normalidad, lo primero es aflojarle las ropas que puedan oprimirle, y si es mujer quitarle el sujetador. En la medida de lo posible, colocarlo semi sentado.
Con tranquilidad y sin mover al herido, acercaremos nuestra oreja a su nariz lo más posible, para escuchar la suave salida del aire de sus pulmones que a veces en estos caso es casi imperceptible, o bien le arrimaremos a su nariz si disponemos de él un espejo, nuestro reloj, unas gafas o un cristal para ver si se empañan con el vaho. También miraremos al tórax del herido para ver si sube y baja con la acción  respiratoria (inspirar-espirar) al insuflar y expulsar el aire de los pulmones.

En el supuesto de que no respire, habría que asistirle la respiración, lo que se conoce como respiración artificial o, el boca, boca, consistente en insuflarle aire a presión con nuestra boca, por la boca del herido tapándole al mismo tiempo la nariz para que no se escape el aire por este conducto, a un ritmo y con una cadencia adecuados.

En cualquier caso, colocar al herido en posición de decúbito supino. (posición del muerto en el ataúd), lo pondremos boca arriba,  piernas juntas y estiradas, brazos pegados a lo largo del cuerpo y estirados, le elevaremos la barbilla e inclinaremos la cabeza de la victima hacia atrás para evitar que la lengua (que, en ese caso es un cuerpo inerte) impida la entrada del aire; eso permitirá respirar después de un estornudo o de haber tosido el herido.

Esta maniobra sólo deberá efectuarla una persona entendida, de lo contrario podría carecer de eficacia o lesionar al herido  causándole un daño innecesario y posiblemente irreversible.

Si el herido no respira ni late su corazón; habrá que hacer las dos cosas simultáneamente: respiración artificial boca a boca o con bolsa ambú si disponemos de ella y  darle masaje en el corazón presionando sobre él, para que bombee la sangre al cuerpo. Operación ésta, que de no tener práctica, lo más probable es que no resulte eficaz o perjudique al herido; con lo cuál: ABSTENERSE DE REALIZARLA LOS NO ENTENDIDOS.

Sé bien que alguno se preguntará: 
¡Entonces....!, ¿qué hacemos.? ¿Qué podemos hacer ante un accidente?
La respuesta es muy simple: ¿Qué sabemos y qué podemos hacer? Pues, eso es lo que haremos: lo que podamos y lo que sepamos, ni más ni menos, con eso ya es suficiente.

Es cierto que hay heridos que requieren una intervención rápida y eficiente, pero por alguien que esté en condiciones de hacerlo bien.

En algunos casos (bastantes), cuando el auxiliador no es una persona con conocimientos de la materia y el herido no respira, respira con dificultad o presenta síntomas de asfixia, lo más prudente hasta que llegue la asistencia sanitaria profesional, es colocarlo en posición de defensa; o sea, en decúbito lateral estable, (nunca boca arriba si no le vamos a hacer la respiración artificial) consistente en poner al herido de lado, de costado, si puede ser, primero del costado derecho y luego cada cierto tiempo cambiarlo de lado si fuera aconsejable siguiendo los siguientes pasos:

1º) - Arrodillarse junto a la victima; quitarle las gafas si lleva y cualquier objeto voluminoso que tenga en los bolsillos, móviles, llaveros, etc., no hurgar en los bolsillos buscando cosas pequeñas perdiendo un precioso tiempo en algo que no tiene importancia.
En éste primer paso tendremos al herido estirado y boca arriba.

2º) - Asegurarse de que las dos piernas de la victima están estiradas.

3º9 - Ponerle el brazo de la victima más cercano al auxiliador en ángulo recto con el cuerpo, el codo doblado, también formando un ángulo recto y la palma de la mano hacia arriba.

4º) – Poner el brazo más alejado cruzando el cuello de la victima, con el dorso de la mano sobre la mejilla más cercana y tocando con la palma en el suelo (la que esta también más cerca del auxiliador), y mantenerlo así. Con la otra mano, el socorrista, agarrará la rodilla de la pierna más alejada y la levantará, manteniendo la planta del pie completamente apoyada en el suelo, o sea, doblada.

5º) – Con la mano de la victima apoyada contra su mejilla, asiremos al herido por la pierna más alejada, la que tenemos doblada y el pie en el suelo, tiraremos de ella y giraremos a la victima sobre su costado hacia nosotros (el auxiliador)

6º) – Una vez esté de costado el herido, doblaremos en ángulo recto la cadera y la rodilla de esta pierna para que, al quedar tocando el suelo, la victima tenga estabilidad y no se gire ni ruede hacia delante.
La mano  en la mejilla ayuda a mantener las vías aéreas despejadas.

7º) – Inclinar ligeramente la cabeza de la victima hacia atrás para mantener las vías aéreas despejadas.
Si fuera necesario, ajustar la mano de debajo de la mejilla para garantizar que la cabeza está inclinada y las vías aéreas despejadas.

8º) – Si todavía no lo hemos hecho, llamar al 112 cuanto antes.
Controlar las constantes vitales del herido: nivel de consciencia, respiración y pulso (pp.42-43).

9º) – Si la victima hubiera permanecido en posición de seguridad más de treinta minutos, girarla sobre la espalda y, repitiendo la maniobra indicada, ponerla sobre el lado opuesto. ¡¡Atención...!!! Siempre que no haya lesiones que lo impidan.

10º - Si sospecha que hay lesiones en la columna y hay que poner al herido en la posición de defensa o seguridad para mantener despejadas las vías aéreas, intentar mantener siempre recta la columna girándolo como si fuera un tronco,  pero por personas con experiencia y siempre más de una persona para sujetar bien el cuerpo del herido sin que se doble absolutamente nada.

Mantener al herido en posición de seguridad sin ninguna almohada, permitirá que en caso de que vomite no se asfixie y pueda arrojar lo que contenga en su estómago, pues es frecuente que los heridos producidos por impacto, vomiten en estos casos y si no pueden expulsar, morirían asfixiados.

Fracturas:
Una fractura es la rotura o fisura de hueso, normalmente producida por una considerable fuerza para romperlo.

Cuando nos encontremos con heridos que presenten fracturas o presumamos que pudiera tener lesión en la espina dorsal o cervicales; NI TOCARLOS . No moverlos absolutamente nada, a no ser que haya peligro de muerte, por incendio o explosión o corra peligro de caer el vehículo por un barranco; en cuyo caso, lo primero es lo primero: salvar la vida del herido como sea..

La rotura de un hueso tiene una cura relativamente fácil, con unos días escayolado y otros cuantos de recuperación está solucionado; pero, si no se actúa con gran prudencia podría tener unas consecuencias nefastas para el herido.

Me explicaré:
Cuando el hueso está roto y la fractura es limpia no causará problemas; el problema se plantea cuando el hueso está astillado y la fractura es interna, o sea, cerrada y no se ve, ya que puede haber huesos desplazados y dañar los tejidos; ya que la mayoría de las astillas son puntiagudas y cortantes como un cuchillo jamonero bien afilado y ante cualquier movimiento, además, de una hemorragia interna, la astilla, segarían todo lo que esté a su lado: carne, venas, arterias, nervios, tendones, etc., cuyas consecuencias siempre son graves y requieren de una delicada operación quirúrgica de varias horas de quirófano, una dolorosa y larga, pero, larga, larga recuperación postoperatoria y no es infrecuente que queden secuelas. Así pues, no mover a ningún herido que presente síntomas de rotura ósea si no disponemos de los medios para inmovilizarlo y los conocimientos para llevarlo a cabo con garantía de eficacia; aunque la operación simplemente consiste en inmovilizar el miembro roto, cosa que es muy sencilla para la persona que sabe hacerlo.

¿Cómo podemos saber si hay fractura?

Síntomas externos que nos pueden orientar:

Deformidad, hinchazón y amoratamiento en el lugar de la fractura.
El herido siente dolor y dificultad para mover la zona.
Acortamiento, angulación o torsión del miembro afectado.
Crujido (crepitación) de los extremos del hueso, que pueden ser oídos o palpados, pero que no deben buscarse.
¡Atención...! Signos de shock, especialmente si la fractura es de fémur o pelvis.
Una herida, posiblemente con protrusión de extremos óseos.

Hemorragias:

Una hemorragia es la fuga de sangre fuera del camino normal dentro del sistema cardiovascular que son las venas, arterias, arteriolas, vasos sanguíneos, etc. Es el flujo de sangre que sale al exterior desde cualquier parte del cuerpo producido por algún objeto extraño al mismo; como ocurre en los accidentes de tráfico que es el caso que nos ocupa.

Una hemorragia grave puede ser, impresionante y angustiosa, e ir acompañada de un shock y la pérdida de consciencia de la victima que, si no se controla a tiempo, puede provocar parada cardiaca y/o cardiorrespiratoria.

La casi totalidad de los accidentes van acompañados de alguna hemorragia, ya sea interna o externa.
La sangre es muy escandalosa y, a veces, la gravedad no es lo que aparenta a primera vista. No obstante, toda persona que pretenda ayudar, auxiliar o colaborar ante un herido con pérdida de sangre, DEBERÁ ponerse guantes para no tocar la sangre; y, si no los tiene, que NO la toque, a no ser que la persona a auxiliar sea conocida y sepa que no puede contagiarle alguna enfermedad.

¿Cómo actuar ante esta situación, si la pérdida de sangre es abundante y la vida del accidentado corre peligro?

La mayoría de las personas hemos visto sangrar a alguien por la nariz (epistaxis) y algunas veces da la sensación de que se va a quedar sin sangre en el cuerpo por lo aparatoso de la situación, sin embargo, en la mayoría de los casos no tiene ninguna importancia si se hacen las cosas bien.
Es frecuente ver que un niño jugando que cae al suelo y frena con la nariz, la madre al ver cómo sangra se asusta y se la tapona apretándole con un pañuelo o algo semejante y, diciéndole: ¡hijo mío....! ¿qué te ha pasado?, le pone la cabeza hacia atrás pensando que así la sangre no sale. Craso error, pues lo que puede ocurrirle a ese niño es que, si la sangre le retrocede, al bajar por la garganta la obstruya y pueda provocar vómitos, que, al impedir la salida de los mismos, las consecuencias serían graves.
Jamás en una epistaxis (hemorragia nasal) le incline la cabeza hacia atrás a nadie, independientemente de que la hemorragia por la nariz sea más o menos grave.

¿Cómo actuar?
Como en los casos anteriormente expuestos, tranquilidad y calma, lo haremos siguiendo los siguientes pasos:

1ª) – Pedir a la victima que se siente si es posible, si no fuera posible lo dejaríamos de pie con las piernas ligeramente abiertas para mantenerse estable y un poco inclinado hacia adelante. Le indicaremos que también incline la cabeza hacia delante para permitir el drenaje (facilitarle la salida) de sangre de las narinas (cada uno de los orificios nasales externos) con total libertad y sin cortapisas. Al principio la dejaremos salir un momento.

2º - Decirle a la victima que respire por la boca y se pince con sus dedos la parte blanda de la nariz si fuera necesario. Tranquilizarla y ayudarle si fuese necesario.

3º) – Recordar a la victima que siga con la nariz pinzada. Que intente no hablar, tragar, toser, escupir o inhalar: esas acciones afectan a los coágulos en formación dentro de la nariz. Si es posible, darle un pañuelo limpio para limpiar el goteo.

4º) – Tras diez minutos, decirle a la victima que libere la presión (retirar la pinza). Si la hemorragia no se ha detenido, que pince de nuevo otros diez minutos: Esta operación de pinzado se puede repetir hasta tres  veces en total.

5º) – Una vez detenida la hemorragia, y con la victima aun inclinada hacia delante, si es posible, limpiar alrededor de la nariz con agua tibia.

6º) – Advertir a la victima de que deberá estar quieta durante un par de horas; que evite los esfuerzos, y en especial que no se suene la nariz, porque afecta al coágulo.

Si el herido sangra por el oído (otorragia): ¡¡¡Atención...!!!,  Alto riesgo. Situación muy peligrosa.

¡No mover a los heridos ...!
Este accidente desgraciadamente, es frecuente en moto.
La causa puede ser debida a la perforación de un tímpano, causado por ejemplo por un cuerpo extraño, un golpe contra el lateral de la cabeza o una explosión. Los síntomas incluyen un dolor agudo seguido de sordera y posiblemente mareo. La sangre acuosa es un signo grave: muestra que se ha producido fractura de cráneo y se está filtrando el fluido que rodea al cerebro. Lo que significa una gravedad extrema. Llamar al 112.

Y, como siempre, seguiremos los pasos que se indican a continuación:
Recordar que usaremos guantes desechables si es posible.

1º) - Si la hemorragia (otorragia) es abundante, ante esta situación, a pesar de que no se debe mover el herido, ayudaremos a la victima a recostarse, con la cabeza inclinada hacia el lado lesionado para facilitar el drenaje de sangre moviéndolo lo menos posible y con la máxima delicadeza yprecaución.

2º) – Sujetar con suavidad un apósito estéril contra la oreja hasta la llegada de la ambulancia.

3º) – No olvidarse de que estamos ante un caso de extrema gravedad en el que un movimiento inadecuado del herido, le reportaría consecuencias muy graves y que, solamente el personal sanitario está en condiciones de actuar en estos casos.

Cuando la hemorragia sea en una extremidad:
Levantar lo más posible el brazo o pierna lesionada y mantenerla en esa posición hasta que cese la hemorragia, ejerciendo fuerte presión con un apósito estéril si disponemos de él. Si no lo tenemos a mano, presionar con un pañuelo o algo que impida el contacto directo de la mano con la herida. Si se empapa, colocar otro encima, si se empapa el último, retirarlo y sustituirlo por otro; y así sucesivamente si fuese necesario por la abundante pérdida sanguínea.  No quitar el primero. Esa labor corresponde al centro hospitalario donde posteriormente sea atendido.

En un buen número de casos, la hemorragia se corta mediante la compresión arterial, apretando con la mano o los dedos en la arteria correspondiente, evitando así que se desangre el herido.
La presión la ejerceremos en la arteria que conduzca (canalice) la sangre a la parte afectada, presionando siempre en el espacio que media entre el corazón y la herida sangrante.

El torniquete:
El torniquete en determinados casos y hecho por una persona entendida, puede ser de gran utilidad, pero, en principio, no lo haremos mientras haya otras posibilidades de cortar una hemorragia. Se debe hacer en casos excepcionales y abrirlo de cuando en cuando por el  riego de gangrena  que conlleva.
Si hubiese que hacerlo; sólo se puede hacer en los brazos y en las piernas. En los brazos se hará en el húmero, entre el hombro y el codo, y en las piernas, en el fémur, entre la pelvis y la rodilla. La anchura mínima del torniquete deberá ser de cinco centímetros.

Otros casos.

Si nos encontramos algún herido aplastado o aprisionado entre los amasijos del vehículo. No moverlo y, si no respira o presenta paro cardíaco. Hacerle la respiración artificial o/y el masaje en la posición que se encuentre el herido si no somos profesionales.

Si el herido tiene clavado algo en cualquier parte del cuerpo. No sacárselo. Ya lo hará la asistencia sanitaria si es posible o los médicos en el hospital.

Si el herido tiene incrustado en la herida algún cuerpo extraño, como vidrio, madera, metal, etc, no ejercer presión para intentar cortar la hemorragia; la presión podría producir mayores lesiones.

Si hay algún empalado, no intentar separarlo del objeto ni moverlo. Llamar de inmediato a los servicios de urgencia y darle ánimos.

Si existiera peligro de incendio o explosión intentar sacar a los heridos como sea independientemente de la gravedad que presenten, alejarse lo más posible y lanzarse al suelo cuanto antes (cuerpo a tierra) boca abajo y con las manos en la nuca no seguir corriendo si el riesgo de explosión es inminente. Si hubiera algún quemado. NO QUITARLE NI MOVERLE LA ROPA  QUE LLEVE PUESTA, pues le arrancaríamos la piel pegada a la misma, agravando con ello la situación del herido. 
La quemadura indica la probabilida de que la victima sufra un shock. Insistir en que tomo sorbos cortos y frecuentes de agua fresca.
A cualquier herido que sufra quemaduras le daremos para beber agua en abundancia.


como norma general; no darle a los heridos nada de beber, salvo en casos muy excepcionales como el citado anterioemente. Tampoco comida.

Hasta aquí, todo lo expuesto anteriormente está encaminado a orientar a las personas que carecen de conocimientos de asistencia sanitaria para casos de urgencia.

He tratado de simplificar dejándome bastante más del doble de lo escrito en el tintero esperando una nueva oportunidad. La intención ha sido intentar ayudar un poco de cara al verano por ser una época vacacional en la que normalmente la gente utiliza más el coche y hace más kilómetros que el resto del año. Ya procuraré explicar con más detalle algunos puntos que ahora me he saltado o los he tocado de refilón, si el respetable lo considera oportuno.

A continuación, lo establecido por el Reglamento General de Circulación relacionado con los accidentes de tráfico y el comportamiento a seguir. Es una trascripción literal.

Artículo 129

Obligación de auxilio.

1._ Los usuarios de las vías que se vean implicados en un accidente de tráfico, lo presencien o tengan conocimiento de él estarán obligados a auxiliar o solicitar auxilio para atender a las victimas, si las hubiera, prestar su colaboración para evitar mayores peligros o daños, restablecer, en la medida de lo posible, la seguridad de la circulación y esclarecer los hechos.

2._ Todo usuario de la vía implicado en un accidente de circulación deberá, en la medida de lo posible:
a)      Detenerse de forma que no cree un nuevo peligro para la circulación.

b)      Hacerse una idea de conjunto de las circunstancias y consecuencias del accidente, que le permita establecer un orden de preferencias, según la situación, respecto  a las medidas a adoptar para garantizar la seguridad de la circulación, auxiliar a las victimas, facilitar su identidad y colaborar con la autoridad o sus agentes.

c)      Esforzarse por restablecer o mantener la seguridad de la circulación y si, aparentemente, hubiera resultado muerta o gravemente herida alguna persona o se hubiera avisado a la autoridad o sus agentes, evitar la modificación del estado de las cosas y las huellas u otras pruebas que puedan ser útiles para determinar la responsabilidad, salvo que con ello se perjudique la seguridad de los heridos o de la circulación.

d)      Prestar a los heridos el auxilio que resulte más adecuado, según las circunstancias, y, especialmente, recabar auxilio sanitario de los servicios que pudieran existir al efecto.

e)      Avisar a la autoridad o sus agentes si, aparentemente, hubiera resultado herida o muerta alguna persona, así como permanecer o volver al lugar del accidente hasta su llegada, a menos que hubiera sido autorizado por éstos a abandonar el lugar o debiera prestar auxilio a los heridos o ser él mismo atendido; no será necesario, en cambio, avisar a la autoridad o sus agentes, ni permanecer en el lugar del hecho, si sólo se han producido heridas claramente leves, la seguridad de la circulación está restablecida y ninguna de las personas implicadas en el accidente lo solicita.

f)       Comunicar, en todo caso, su identidad a otras personas implicadas en el accidente, si se lo pidiesen; cuando sólo se hubiera ocasionado daños materiales y alguna parte afectada no estuviera presente, tomar las medidas adecuadas para proporcionarle, cuanto antes, su nombre y dirección, o bien, directamente o, en su defecto por intermedio de los agentes de la autoridad.

g)      Facilitar los datos del vehículo a otras personas implicadas en el accidente, si lo pidiesen..

h)      Salvo en los casos en que, manifiestamente, no sea necesaria su colaboración, todo usuario de la vía que advierta que se ha producido un accidente de circulación, sin estar implicado en él, deberá cumplimentar, en cuanto le sea posible y le afecten, las prescripciones establecidas en el apartado anterior, a no ser que se hubieran personado en el lugar del hecho la autoridad o sus agentes.

Artículo 130.

Inmovilización del vehículo y caída de la carga.
1._ Si por causa de accidente o avería el vehículo o su carga obstaculizasen la calzada, los conductores, tras señalizar convenientemente el vehículo o el obstáculo creado, adoptarán las medidas necesarias para que sea retirado en el menor tiempo posible, deberán sacarlo de la calzada y situarlo cumpliendo las normas de estacionamiento siempre que sea factible.

2._ Siempre que, por cualquier emergencia, un vehículo quede inmovilizado en la calzada o su carga haya caído sobre ésta, el conductor, o en la medida de lo posible, los ocupantes del vehículo procurarán colocar uno y otra en el lugar donde cause menor obstáculo a la circulación, para lo cual podrán, en su caso, utilizarse, si fuera preciso, el arcén o la mediana; asimismo, adoptarán las medidas oportunas para que el vehículo y la carga sean retirados de la vía en el menor tiempo posible.

3._ En los supuestos a los que se refiere el apartado anterior, sin perjuicio de encender la luz de emergencia si el vehículo la lleva y, cuando proceda, las luces de posición y de gálibo, en tanto se deja expedita la vía, todo conductor deberá emplear los dispositivos de preseñalización de peligro reglamentarios para advertir dicha circunstancia, salvo que las condiciones de la circulación no permitan hacerlo. Tales dispositivos se colocarán, uno por delante y otro por detrás del vehículo o la carga, como mínimo a 50 metros de distancia y en forma tal que sean visibles desde 100 metros, al menos, por los conductores que se aproximen. En calzadas de sentido único, o de más de tres carriles, bastará la colocación de un solo dispositivo, situado como mínimo 50 metros antes en la forma anteriormente indicada.
4._ Si fuera preciso pedir auxilio, se utilizará el poste de socorro más próximo, si la vía dispone de ellos; en caso contrario, podrá solicitarse de otros usuarios. En todo caso y en cuanto sea posible, nadie deberá invadir la calzada.

5._ El remolque de un vehículo accidentado o averiado sólo deberá realizarse por otro específicamente destinado a este fin. Excepcionalmente, y siempre en condiciones de seguridad, se permitirá el arrastre por otros vehículos, pero sólo hasta el lugar más próximo donde pueda quedar convenientemente inmovilizado y sin entorpecer la circulación. En ningún caso será aplicable dicha excepción en las autopistas o autovías.

6._ Cuando la emergencia ocurra en un vehículo destinado al transporte de mercancías peligrosas se aplicarán, además, sus normas específicas.

Hasta aquí, lo reglamentado  por la norma de circulaciòn.





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos,
-Manolo-

Anónimo dijo...

Está claro el mensaje:a falta de conocimientos en materia de socorro,mejor no hacer nada. El tema es muy instructivo.Abordas muchas acciones propias de sanitarios,muy bien documentadas.Interesante,como el resto de capítulos.Es un lujo tener la autoescuela en casa.Un saludo. Félix

Anónimo dijo...

Como dice Felix es un lujo tener la autoescuela en casa y GRATIS, todos los consejos que nos das es para que tomemos nota, que muchas veces se hacen las cosas mal por no saber que hay que hacer, queda bien claro que eres un gran profesional, no solo en ser un buen conductor, sinó también en el tema de los accidentes, no dejas ni un detalle, hay que estudiar mucho para saber hacer todo lo que nos cuentas, yo creo que mejor llamamos al 112.
De todas formas algo se nos ha quedado en la cabeza para saber lo que hay que hacer hasta que llegue el 112, gracias por tus consejos.
Yo te diré que hace unos años nos encontramos con accidente en la A7
donde los 5 ocupantes del coche estaban muertos, no había llegado la guardia civil y nosotros llamamos a la guardia civil entre los coches parados había un médico, por entonces yo conducía el coche, no me puse nerviosa pasé como pude y nos marchamos pues nosotros allí ya no hacíamos nada.Igual no ha sido muy agradable que cuente esto, pero son cosas que han pasado.
Saludos Cari.