09 julio 2012

AL VOLANTE




  MANIOBRAS.
 Segunda parte. Iniciar la marcha y marcha hacia atrás

 Siguiendo con el tema de las maniobras expuesto en la entrada anterior del volante, daremos comienzo a la manera de efectuar cada una de ellas.

Las maniobras básicas que con más frecuencia realiza el conductor con su vehículo son: Iniciar la marcha, marcha hacia atrás, desplazamientos laterales, adelantamientos, cambios de dirección, cambio de sentido de la marcha, paradas y estacionamientos.

Comenzaremos en el orden citado y hoy veremos la forma de comportamiento que requiere la incorporación a la circulación y la marcha atrás.

Iniciar la marcha.

El conductor que se incorpora con su vehículo a la vía, va a formar parte de las distintas corrientes circulatorias que por la misma discurren para pasar a  ser uno más de los usuarios que la ocupan y a la que pretende acceder, como tal, deberá hacerlo sin causar molestias indebidas a los demás usuarios; y, se comportará de forma que casi no se note su presencia.

Modo de efectuar la maniobra de incorporación.
En primer lugar, todo conductor que pretenda incorporarse a la circulación es porque está inmovilizado, bien parado o estacionado en una vía o procedente de las vías de acceso a ésta, de sus zonas de servicio o de una propiedad colindante; deberá cerciorarse previamente, incluso siguiendo las instrucciones de otra persona en caso necesario, de que puede hacerlo sin peligro para los demás usuarios, cediendo el paso a otros vehículos y teniendo muy en cuenta la posición, trayectoria y velocidad de éstos, y lo advertirá con las señales obligatorias, que son los intermitentes o el brazo si este es visible por los demás usuarios.

Cuando un conductor salga a una vía de uso público por un camino exclusivamente privado, debe asegurarse previamente de que puede hacerlo sin peligro para nadie y efectuar la incorporación a una velocidad que le permita detenerse en el acto, cediendo el paso a los vehículos que circulen por aquella independientemente del sentido en que lo hagan, pues, lo que conocemos como progresión normal, siempre tiene prioridad, salvo en las excepciones establecidas y reguladas por la norma correspondiente.

Todo conductor que se incorpore a la circulación advertirá ópticamente la maniobra a los demás usuarios de forma clara y previa a su realización.

Si la vía a la que nos vamos a incorporar está dotada de un carril de aceleración, (generalmente, autopistas y autovías) el conductor que lo utiliza para incorporarse a la calzada, según el reglamento de circulación, deberá cerciorarse, al principio de dicho carril, de que puede hacerlo sin peligro para los demás usuarios que transiten por dicha calzada, teniendo en cuenta la posición, trayectoria y velocidad de estos, e incluso deteniéndose, en caso necesario. A continuación, acelerará hasta alcanzar la velocidad adecuada al final del carril de aceleración para incorporarse a la calzada sin causar molestias indebidas a los demás usuarios que la están utilizando.

Este apartado que no lo respeta nadie y, la inmensa mayoría de conductores que tienen conocimiento de su existencia lo consideran desfasado, tiene su fundamento técnico, pues si el conductor al comprobar que debido a la presencia cercana de otros vehículos no puede incorporarse sin detenerse, y  se para justo antes de alcanzar la calzada, no podrá incorporarse a la misma a una velocidad lo suficientemente rápida como para no entorpecer a los que circulan por ella porque carece de espacio suficiente para poderla desarrollar; sin embargo, si se para al principio del carril de aceleración, -que, no lo hace nadie- en todo el recorrido del mismo, alcanzará la suficiente velocidad como para no afectarle a los conductores de la vía preferente con su presencia cuando se incorpore a ella.

Este punto concreto, me ha resultado siempre difícil para poder convencer a los alumnos de su función, por la sencilla razón de que si te paras al principio del carril de aceleración, los conductores que te siguen, además de adelantarte indebidamente, te organizan gratuitamente un concierto de claxon de distintas y variadas notas musicales que atruena el ambiente, además de los recuerdos que te dan para toda tu familia; pero, aunque tiene su lógica este precepto, en la práctica, es prácticamente inaplicable. No obstante, ahí queda para el conocimiento de aquellos que se tomen la molestia de leer este tema en esta web zarceña. Y, por favor, que ninguno de los lectores me haga la pregunta típica de los alumnos: ¿Tú, te paras al principio? Porque  no le voy a contestar.

Veamos a continuación, cómo debe comportarse el conductor que tiene la intención de incorporarse a cualquier vía, especialmente si es de dos sentidos de circulación:

Cuando el conductor está por ejemplo estacionado en línea (uno detrás de otro) como es muy frecuente en poblado, si la vía es de dos sentidos y pretende incorporarse a la circulación desde la derecha como es la norma general en estos casos, lo primero que debe hacer es situar su vehículo en posición de salida, o sea, ligeramente inclinado (un poco nada más) para que tenga buena visibilidad mirando ocularmente por el rabillo del ojo a través la ventanilla izquierda, asegurándose así que la presencia de los vehículos que se le acerquen por detrás no van a ser afectados por su presencia al incorporarse. En esta fase son muy frecuentes los errores de cálculo (más bien imprudencias), pues a menudo el conductor que intenta salir y se percata de la presencia de otro vehículo que se acerca por su izquierda piensa: viene lejos, me da tiempo a salir; y, efectivamente, le dio tiempo a salir, pero no a llegar. Y, ¡¡Zas...!! Tortazo al canto. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que sufrió un error de cálculo. Cuando miramos hacia atrás y vemos que se acerca un vehículo, hay que calibrar bien la decisión de salir, pues si se trata de un vehículo rápido y su velocidad es considerable, deberemos optar por esperar, ya que la diferencia de velocidad existente entre el que viene lanzado y la nuestra al incorporarnos en primera y despacio, por mucho que revolucionemos el motor, no nos permite recorrer el espacio suficiente para que el que se aproxima no nos alcance o tenga que frenar bruscamente para no alcanzarnos, o para eludirnos, realizar un giro brusco acompañado del correspondiente pitazo y recuerdos para nuestro pariente más cercano, además del típico signo del dedo o del brazo para que nos enteremos del aprecio que nos tiene sin conocernos de nada.
Ante la más mínima duda, forrarse de paciencia y esperar hasta una nueva oportunidad.

En general, para conducir, es necesario temple, comprensión, tolerancia y sosiego; pero, para incorporase a la circulación en estos casos hay que tener una considerable dosis de esa paciencia y comprensión citadas, si no queremos vernos involucrados en un accidente cuyas consecuencias son siempre imprevisibles. Teniendo en cuenta que cuando el choque es por alcance lateral, el golpe más fuerte lo recibe el conductor que tiene el coche inclinado y su cuerpo está expuesto a recibir el primer impacto.

Por el contrario, si el vehículo que se acerca por detrás es un vehículo voluminoso, lento o viene muy despacio, debemos procurar incorporarnos con rapidez y viveza pero sin derrapar, para salir con seguridad antes de su llegada evitando ser uno más  de la caravana que lo más probable es que le siga en forma de procesión, generando atasco y contaminación indebida, independiente de lo antieconómico y contaminante que resulta siempre la caravana.
Una vez comprobada la posibilidad de no obstaculizar a los que vienen por nuestra izquierda, comprobaremos también la posición, trayectoria y velocidad de los que se acerquen por la derecha, o sea de frente, pues, si bien circulan por el carril de sentido contrario, si la calzada dispone solo de un carril para cada sentido, es frecuente tener que invadir parte de ese carril para podernos incorporar, pues como en la salida tenemos las ruedas giradas a la izquierda,  y, mientras salimos, debemos irlas girando a la derecha para luego enderezarlas, en ese recorrido generalmente ocupamos parte del carril de sentido o puesto y si no calculamos bien los parámetros antes citados, corremos el riesgo de encontrarnos con el que viene de frente, originando un choque frontal fácilmente evitable que, como es bien sabido, es el más peligroso y graves sus consecuencias.

Cuando se trata de incorporarnos a la circulación desde el lado derecho en una vía de sentido único si estamos entre dos vehículos que nos impiden total o parcialmente la visibilidad en la salida, se nos complica un poco más la cosa, pues, como el volante no lo tenemos en el lado derecho, por ese lado no tenemos apenas visibilidad, y, al inclinar el coche para la incorporación, no podemos ver nada por el espejo exterior izquierdo ni por el derecho, porque quedan fuera de foco, no nos queda más remedio que señalizar con el intermitente izquierdo, estirar el cuello todo lo que podamos para ir mirando poco a poco a medida que vamos saliendo lentamente para comprobar si viene algún vehículo por detrás y, si nos percatamos de la presencia de alguno, detener inmediatamente la marcha, esperar a que tengamos el espacio libre y, tan pronto como nos sea posible, salir con rapidez e incorporarnos a la derecha de la calzada, para que si viniera alguno por detrás después de nuestra incorporación más velozmente que nosotros, nos pueda adelantar con seguridad y sin tener que frenar innecesariamente.

Los supuestos de incorporación a la circulación sin ceder el paso a otros vehículos tendrán la consideración de infracciones graves.

Obligación de los demás conductores de facilitar la maniobra.
Con independencia de la obligación de los conductores de los vehículos que se incorporen a la circulación de cumplir las prescripciones apuntadas con anterioridad, el resto de conductores deberán facilitar, en la medida de lo posible, dicha maniobra, especialmente si se trata de un vehículo de transporte colectivo de personas (autobuses) que pretenda incorporarse a la circulación normal desde una parada señalizada como tal (paradas de autobús tanto urbana como interurbana).

En los poblados (vías urbanas), para facilitar la incorporación de los vehículos de transporte colectivo de viajeros, los conductores de los demás vehículos -de todos- deberán desplazarse lateralmente, siempre que fuera posible, o reducir su velocidad, dando cumplimiento a lo expuesto anteriormente, incluso llegando a detenerse, si fuera preciso, para que los autobuses puedan efectuar la maniobra necesaria para proseguir su marcha a la salida de las paradas como tales.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no modifica la obligación que tienen los conductores de los vehículos de transporte colectivo de viajeros de adoptar las precauciones necesarias para evitar todo riesgo de accidente, después de haber anunciado con claridad y antelación por medio de sus indicadores de dirección, (intermitentes) su propósito de reanudar la marcha, y, asegurándose de que los demás usuarios de la vía (conductores) se han percatado de sus intenciones.

Esto que puede parecer una discriminación a favor de los autobuses, es de una lógica aplastante en vías urbanas, pues, si no existiese esta obligación para el resto de conductores, en más de una ocasión, los autobuses no saldrían de la parada, porque nadie le facilitaría la incorporación; haciendo que los ocupantes llegasen al trabajo a la hora de finalizar la jornada.

Lo expuesto anteriormente, no le otorga preferencia a los conductores de autobuses en vías interurbanas al incorporarse a la circulación desde una parada regular; pues si el resto de conductores le tuviesen que ceder el paso, llegando a detenerse, podría ser un auténtico caos en determinadas ocasiones y el lugar una ensaladera de accidentes. Lo que sí se le debe es facilitar la incorporación cuando lo permitan las circunstancias.

La marcha atrás.

La ejecución de la marcha atrás conlleva un más que considerable peligro como consecuencia de la escasez de visibilidad que tiene el conductor al efectuarla, pues, como no podemos girar la cabeza como los monos para mirar con normalidad hacia atrás sin retorcer el cuerpo, no nos queda más remedio que retorcernos, coger el volante con una mano para controlar la máquina y al mismo tiempo mirar medio de lado hacia atrás, la posición es incomoda y la visibilidad muy escasa, por esa razón es necesario extremar la precaución al máximo; pues, tanto si asimos el volante con la mano izquierda para mirar por dentro, como si lo cogemos con la mano derecha para mirar por la ventanilla del lado izquierdo, la escasa visibilidad que tenemos, no nos permite ver el completo de la calzada normalmente, y la incomodidad de la postura tampoco nos permite la movilidad suficiente, como para desenvolvernos con soltura al girar el volante si fuera necesario para corregir la trayectoria.

Normas generales para su realización.

Como norma general, se prohíbe circular marcha atrás, salvo en los casos en que no sea posible marchar hacia adelante ni cambiar de dirección o sentido de la marcha, y en las maniobras complementarias de otra que la exija (por ejemplo el estacionamiento), y siempre con el recorrido mínimo imprescindible para efectuarla.
Cuando el recorrido hacia atrás, sea como maniobra complementaria de la parada, el estacionamiento o la incorporación a la circulación, no podrá ser superior a quince metros ni invadir un cruce de vías.

En autopistas y autovías, está prohibida siempre la maniobra de marcha atrás.

Las infracciones a las normas establecidas para la ejecución de la marcha atrás, cuando constituyan un supuesto de circulación en sentido contrario al estipulado, tienen la consideración de graves, conforme se prevé en la Ley de seguridad Vial.

Ejecución de la maniobra.

Por los motivos que se han citado con anterioridad, la maniobra de marcha hacia atrás deberá efectuarse siempre lentamente, después de haberlo advertido claramente con las señales preceptivas y de haberse cerciorado, incluso apeándose o siguiendo las indicaciones de otra persona que nos pueda ayudar, si fuera necesario, de que, por las circunstancias de visibilidad, espacio y tiempo necesarios para efectuarla, no va a constituir peligro para los demás usuarios de la vía.

El conductor de un vehículo que pretenda dar  marcha hacia atrás deberá advertir su propósito a los demás usuarios de la vía.

Igualmente, deberá efectuar la maniobra con la máxima precaución y detendrá el vehículo con toda rapidez si oyera avisos indicadores o se apercibiera de la proximidad de otro vehículo o de una persona o animal o tan pronto lo exija la seguridad, desistiendo de la maniobra si fuera necesario hasta poder llevarla a término con la suficiente garantía de seguridad para todos.

La señalización óptica deberá efectuarse con una o dos luces de color blanco que el vehículo debe llevar siempre en orden de servicio instaladas en la parte posterior del mismo y activarse al introducir el conductor la marcha atrás,  extinguiéndose cuando la palanca del cambio vuelva a la posición de punto muerto. También podrá señalizarla el conductor con el brazo más próximo a la ventanilla, extendiéndolo horizontalmente y moviéndolo repetidas veces de atrás hacia delante con el dorso de la mano hacia atrás; pero, como ya se citó anteriormente, la posición no puede ser más incómoda y en la mayoría de los casos es  irrealizable, no parece aconsejable su utilización, aunque es de obligado conocimiento por los conductores la posibilidad de su empleo y existencia.

Y, para terminar, un par de consejos.

La salida de los garajes o cocheras se debe hacer siempre que sea posible hacia delante y entrar marcha hacia atrás, pues la salida siempre entraña un mayor peligro hacia atrás que hacia delante por la falta de visibilidad. Es obvio, ¿no....?

En los casos de niebla densa, lluvia intensa, nieve copiosa, nubes de polvo o de humo, si no es completamente imprescindible la maniobra de marcha hacia atrás, es aconsejable no efectuarla y buscar un lugar en el que se pueda cambiar de dirección o sentido, aunque para ello haya que efectuar un largo recorrido, pues no nos percataríamos de la presencia de los vehículos que se acercan al nuestro hasta que no oigamos el ruido generado por el choque.

Y, una pregunta para todos, conductores y ocupantes.

Si la prisa es el mayor enemigo de la conducción: ¿Cómo deberán tomárselo los conductores que hayan leído esto....?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No te extrañe, Luis, que no te dejen ningún comentario en estos temas de "Al Volante", pues en cada uno que vas dejando, te das cuenta lo poco preparados que estamos y lo que es peor, lo mucho que a diario fallamos.
Pero tú sigue que algo queda. Y además que en esto nos va la vida. ¡Casi na!
-Manolo-

Anónimo dijo...

He tomado nota de esta lección tan interesante.Ya sé un poco más en estos temas que nunca está demás recordar.Me quedo con un apunte que me parece fundamental para ser buen conductor,cuando señalas"temple, comprensión,tolerancia y sosiego."Siendo todo importante, me quedo con la "tolerancia" y el "sosiego",elementos fundamentales para transmitir con el ejemplo a otros conductores.Predicar con el ejemplo.Lo de la tolerancia lo he aplicado siempre,ya en París y surte un efecto muy positivo pues a la agresividad al volante se suele responder por inercia con agresividad,y el mismo patrón es valido para la tolerancia.Lo pude comprobar en París y aquí algo menos porque los españoles somos muy machos por tradición pero también las respuestas a la larga son positivas.Puede parecer una cursilada pero no lo es:Si tu cedes ,eres tolerante ,y aplicas la generosidad y el sentido común,el conductor que recibe este trato tiene tendencia a imitarlo y así se va formando una cadena que redunda en una conducción sosegada y yo diría civilizada.Es mi experiencia.Saludos.Félix.

Anónimo dijo...

Te escribí un comentario y veo que no sale. Salva.

Anónimo dijo...

Salva:
El comentario al que haces referencia, lo incorporaste al tema anterior (maniobras) de fecha 27 de junio, al que te respondí, como podrás comprobar si le echas una ojeadaa. Por cierto, muy interesante. Bueno, como todo lo que parte de tí. ¡Ojalá! hubiese más comentarios como ese y cada uno explicra los casos que le ocurren para poderlos comentar y que sirvieran de ejemplo para todos.Gracias.
Saludos. Luis

Anónimo dijo...

Tienes razón, Luis. He visto tu respuesta. Cada cual es como lo han parido y en mi ánimo estaba ayudar.
La moto y mi mujer quedaron en un pequeño descampado y no corrían peligro. Si alguien se la jugó fui yo.
¿Porqué reaccionamos de distinto modo en estas situaciones?.
Esto, si tengo ocasión, lo hablaría contigo personamente.
Saludos.

Anónimo dijo...

Salav: Noto una cierta inquietud en ti relacionada con el accidente.
Me había trazado la idea de seguir un orden en la presentación de entradas en el blog empezando por las maniobras, pero la interrumpiré y mañana con un poco de calma (U hoy si tengo tiempo) te explicaré el comportamiento del conductor en caso de accidente, aunque como es un tema largo, no sé si no será demasiado para una sola entrada y tendré que hacerlo en dos, para luego reanudar el tema de las maniobras; en cualquier caso, antes de que partas para el pueblo a la celebración de las fiestas, tendrás la respuesta que espero que sirva también de pequeña ayuda para los demás lestores.
Saludos. Luis

Anónimo dijo...

Quise decir Salva, no Salav. Perdón.
Esto me pasa por no leer lo que escribo hasta después de publicado.
Saludos. Luis

Anónimo dijo...

El tema de las maniobras es muy interesante, lo mismo la 1ª como la 2ª parte, creo que hay mucho que aprender, y tenemos la suerte de tener un buen profesor y "gratis" que nos dice lo que tenemos que hacer y muy bien explicado, ahora hace falta tener presente tus consejos al tiempo de conducir.
Yo creo que muchas cosas si que se hacen bien, pero hay tantas...que aunque lleves muchos años conduciendo creo que no se hacen bien nunca, gracias por tus consejos pues siempre son de agradecer.
Pero yo tengo una pregunta, al llegar al carril de aceleracción de las autopistas y autovias ¿ Tu te paras al principio del carril?
Bueno, como ya sé tú respuesta me quedo como estoy, sin saberlo.( es broma).
Saludos Cari.